Te traemos dónde comer la mejor pelanga de Bogotá para que disfrutes de la gastronomía colombiana en su máxima expresión.
Foto: Canva
Si hay un plato que representa la tradición culinaria del altiplano cundiboyacense, es la pelanga. Su combinación de carnes y vísceras de res y cerdo, cocidas lentamente en un caldo espeso, la convierte en una verdadera joya gastronómica.
Desde hace décadas, este sudado ha conquistado los paladares de los bogotanos, y aunque no es un plato que se encuentre en cualquier restaurante, en la capital existen puestos callejeros que mantienen viva esta tradición.
¿Dónde comer la mejor pelanga de Bogotá?
La Pelanga de Guti, un clásico de Bogotá
Uno de los lugares más famosos para disfrutar de una auténtica pelanga es ‘La Pelanga de Guti’, un puesto callejero ubicado en la calle 63 con carrera 50, frente al complejo acuático.
Cada fin de semana, largas filas de comensales esperan pacientemente su turno para probar este tradicional plato, que es preparado con esmero por Don Alfonso y su esposa. Su secreto radica en la cocción lenta de ingredientes como menudo, cuajo, chocozuela, oreja de cerdo, callo, costilla y sobrebarriga, logrando un caldo espeso y lleno de sabor.
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Por tan solo $14.000, los clientes pueden disfrutar de una porción generosa, acompañada de papa, que complementa perfectamente este manjar.
La tradición de Don Miguel, el heredero de la ‘reina de la pelanga’
Otro sitio imperdible es el puesto de Don Miguel, hijo de María Arcelia López, conocida como ‘la reina de la pelanga’. Ubicado en la carrera 45 con calle 44, detrás de la Universidad Nacional, este lugar es famoso por mantener intacta la receta tradicional de la familia.
Los precios oscilan entre $15.000 y $17.000, y el horario de atención es desde las 9:00 a.m. hasta las 2:00 p.m. Si bien el puesto es sencillo, el sabor de su pelanga es reconocido entre los más fieles seguidores de esta preparación.
Estos puestos callejeros no solo ofrecen una opción gastronómica única, sino que también preservan la historia y la cultura culinaria del altiplano cundiboyacense. Cada plato es un viaje a la cocina tradicional, donde el tiempo y la paciencia son los ingredientes clave.
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Ya sea en ‘La Pelanga de Guti’ o en el puesto de Don Miguel, probar este delicioso sudado es una experiencia obligada para quienes buscan autenticidad en la gastronomía bogotana.
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